Vivamos pensando en las cosas que la vida nos ha otorgado, no en las que no nos ha dado, porque ni siquiera hemos buscado las oportunidades necesarias y recordemos siempre que: los dones más valiosos no tienen ningún precio y son la paz, la alegría, el silencio, un buen libro, una buena canción, un gran amor o un buen recuerdo.
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